Definición: “La concepción según la cual la investigación científica es el mejor modo de asegurarse un conocimiento (v.) factual preciso” (Bunge, 2001).

El cientificismo tiene el principio metodológico siguiente: “todo cuanto pueda ser conocido se investiga mejor usando el método científico” (Bunge, 2015). El método científico consiste en poner a prueba las conjeturas, y contrastando estas con datos pertinentes, así como también contrastándolas con las teorías vecinas que gocen de buena reputación.

“El cientificismo une el racioempirismo con el método científico” (Bunge, 2015). El racioempirismo es la combinación de lo mejor del racionalismo con lo mejor de empirismo, a saber

  • La confianza en la razón (racionalismo)
  • La contrastación empírica de las hipótesis (empirismo)

“El cientismo implica tanto un escepticismo moderado respecto del conocimiento actual, como el meliorismo o confianza en que la investigación futura producirá conocimientos más exactos o más profundos” (Bunge, 2015).

No hay que confundir al cientificismo con la tentativa de reducir las ciencias sociales a las ciencias naturales: dicha tentativa es reductivista respecto a los objetos de estudio y a los sistemas que estos suponen.

Hay que reconocer que el término “cientificismo” ha tenido un uso peyorativo que denota la imitación que hacen los estudios sociales para ser como las ciencias naturales, o peor aún, para calificar a estos intentos como destructivos e inhumanos. Sin embargo, este uso de la palabra solo pone de relieve el descontento que se tiene por parte de los estudiosos humanistas frente al rigor de los objetos de estudio complejos. Además, el uso del término demuestra una comprensión de este en un terreno ideológico, donde se señala una ciencia deshumanizada. Esta última faceta del uso peyorativo del término “cientificismo” tiene valor parcial, puesto que se han documentado casos en los cuales la investigación se aplicó sin protocolos éticos, llegando a causar daño. Sin embargo, esta última faceta del uso peyorativo del término también encarna una confusión entre ciencia y tecnología: la ciencia es la búsqueda del conocimiento mediante el estudio de la realdad, mientras que la tecnología es el estudio de la realidad con vistas a su transformación. Es cierto que se apoyan y en algunos casos se complementan (en la ciencia aplicada, como en la farmacología), pero si se señala el término cientificismo desde un significado peyorativo, se condena el uso de este y el uso cae en el terreno de la tecnología, no precisamente en el campo de la ciencia.

Por último, cabe aclarar que el cientificismo no suministra buena filosofía, dado que la filosofía proporciona descripciones y regulaciones sistemáticas y de conjunto, y el cientificismo solo propone una metodología respecto al conocimiento. Sin embargo, el cientificismo ayuda a evitar la mala filosofía y ayuda a pensar teorías filosóficas que aprovechan lo que se sabe actualmente, así como ayuda a explorar lo que no se conoce.

Por lo anterior, podemos decir que el cientificismo “no es un sustituto de la filosofía sino un programa filosófico” (Bunge, 2015).

Definición: el realismo filosófico es una postura y una doctrina ontológica y epistémica según la cual:

a) El universo existe independientemente del sujeto cognoscente u observador (realismo ontológico), por lo que no todos los hechos son subjetivos o fenoménicos, es decir, que no todos los hechos aparecen solo gracias a la conciencia de un sujeto que los piensa.
b) El universo puede ser conocido objetivamente de forma conceptual (realismo epistémico). Esto implica que podemos conocer el universo (contra la tesis del escepticismo radical), siempre de forma progresiva y de un modo conceptual y no solamente perceptiva (como haríamos únicamente con nuestros sentidos, tal como se piensa desde el realismo ingenuo).

El abandonar el realismo filosófico equivale a abandonar los principios a) y b), y ello implicaría:

i. Al abandonar a), no se necesitan hacer experimentos para averiguar cómo es el mundo, sino que basta con hacer uso de la introspección, realizar encuestas entre las personas o preguntar la opinión al gurú o sabio favorito (dado que aceptaríamos que la realidad sólo está en la conciencia de el o los individuos).
ii. Al abandonar b), no se podría encontrar verdades objetivas, sino solo verdades subjetivas.
Debe recordarse que el universo preexistió a las percepciones de un sujeto o a los filósofos idealistas.

Existen otros tipos de realismo, que se desprenden de la concepción más general o filosófica el término, o que degeneran del mismo:

  • Científico. El realismo científico se desprende del realismo filosófico. El realismo científico identifica la realidad con el conjunto de las cosas concretas, entendiendo por “cosas concretas” aquellas que son “capaces de cambiar en uno u otro aspecto”.
    El realismo científico admite que hay apariencias o percepciones engañosas. Por ello, “exige que los enunciados de existencia sean avalados por operaciones empíricas controladas y, en lo posible, también explicadas por teorías” (Bunge, 2015). La exigencia anterior es llamada “contrastación empírica”.
    Asimismo, el realismo científico combina la contrastación empírica “con el impulso racionalista de construir hipótesis y teorías para explicar las apariencias en lugar de limitarse a ellas” (Bunge, 2015) para explicar los fenómenos.
    Para el realismo científico, las ideas son procesos cerebrales de algunos animales y no tienen existencia por sí mismas. De ello se desprende que la ideación puede ser estudiada científicamente, además de que se sigue que las ideas pueden tener efectos sociales.
    La filosofía que sirve para la búsqueda de la comprensión del mundo real incluye el realismo científico, “puesto que postula la existencia autónoma del mundo externo, admite que ignoramos la mayor parte del mismo y nos anima a progresar en su exploración, enriqueciendo y profundizando el fondo de verdades (v.) factuales” (Bunge, 2001).
  • Idealista. El realismo idealista es una concepción degenerada del realismo filosófico. El realismo idealista (o platónico) identifica la realidad con la totalidad de las ideas, entendiendo por ideas la existencia real, autónoma y perfecta de las cosas. Estas ideas existen en un reino distinto de las cosas concretas, que son solo sombras o copias de dichas ideas.
    “Si solamente nos preocupamos de la filosofía especulativa y, consecuentemente, la situamos en una torre de marfil, preferiremos el realismo idealista porque es internamente coherente y exige el mínimo esfuerzo” (Bunge, 2015). Este realismo es internamente coherente porque no depende de contrastación empírica para tener sentido. Además, requiere el mínimo esfuerzo porque basta con limitarse a aplicar leyes lógicas para declarar la situación de la realidad, y no implica desarrollar pruebas empíricas arduas o exhaustivas para obtener el conocimiento.
  • Ingenuo. El realismo ingenuo es también una concepción degenerada del realismo filosófico. El realismo ingenuo afirma que todo lo perceptible es real, por lo que sus tesis ontológicas y epistemológicas son: a) el universo existe en tanto puede ser percibido por el sujeto; b) el universo no puede ser conocido, puesto que solo se conoce la percepción que tiene el sujeto de los objetos, y no así a los objetos mismos.

El quehacer filosófico es la práctica y estudio de la filosofía, una disciplina que ha existido por siglos y ha evolucionado en una variedad de temas y enfoques. Su objetivo principal es comprender el mundo y nuestra relación con él, lo que abarca desde la naturaleza de la realidad, la mente y el conocimiento, hasta la moral y la ética, la política y la sociedad. Para lograr esto, los filósofos usan herramientas y métodos como la lógica, la razón y la argumentación.

La filosofía se divide en varias ramas y escuelas, cada una con sus propias teorías y enfoques, como la filosofía antigua y moderna. Además, cada rama tiene diferentes corrientes, como el estructuralismo, el existencialismo y el pragmatismo.

La filosofía es importante en nuestra vida diaria porque nos ayuda a reflexionar sobre el mundo que nos rodea y a comprenderlo mejor. Los principios éticos y morales derivados de la filosofía son fundamentales para nuestras acciones y decisiones. Además, la filosofía es esencial en la educación, ya que nos ayuda a desarrollar habilidades críticas y de pensamiento independiente.

En conclusión, el quehacer filosófico implica la práctica y estudio de la filosofía para comprender el mundo y nuestra relación con él. La filosofía se ha desarrollado en diferentes ramas y corrientes y es relevante en nuestra vida diaria y educación porque nos ayuda a reflexionar y comprender el mundo, y a desarrollar habilidades críticas y de pensamiento independiente.

La filosofía es una disciplina humana que se ha desarrollado a lo largo de los siglos y ha evolucionado para responder a preguntas fundamentales sobre la existencia, la realidad, la verdad, la moral y la naturaleza humana. La filosofía es una disciplina que se caracteriza por su capacidad para cuestionar y analizar la naturaleza y los conceptos básicos de la vida y el universo.

Una de las características más importantes de la filosofía es su espíritu crítico. La filosofía no acepta nada como verdadero sin antes ser sometido a un riguroso examen crítico. Esto significa que los filósofos cuestionan todo lo que les rodea y buscan respuestas a las preguntas más profundas y abstractas. Este espíritu crítico es esencial para el desarrollo de un pensamiento claro y riguroso, y es una de las principales contribuciones de la filosofía a la humanidad.

Otra característica importante de la filosofía es su capacidad para abordar los problemas de una manera sistemática y rigurosa. Los filósofos desarrollan teorías y argumentos para responder a las preguntas y cuestiones más profundas, y utilizan métodos lógicos y rigurosos para probar la validez de sus teorías. Este enfoque sistemático y riguroso permite a los filósofos llegar a conclusiones sólidas y fundamentadas, y es una de las principales razones por las que la filosofía es considerada una disciplina tan valiosa.

Además, la filosofía se caracteriza por su capacidad para tratar temas abstractos e incluso metafísicos. A diferencia de otras disciplinas, como la ciencia o la historia, que se centran en hechos y datos concretos, la filosofía se ocupa de temas abstractos, como la naturaleza de la realidad, la verdad y la moral. Esta capacidad para tratar temas abstractos y metafísicos es otra de las características que la hacen única y valiosa.

En resumen, los fundamentos de la filosofía incluyen su espíritu crítico, su enfoque sistemático y riguroso, y su capacidad para tratar temas abstractos e incluso metafísicos. Estas características hacen de la filosofía una disciplina valiosa y única, que ha contribuido a la humanidad de muchas maneras diferentes a lo largo de los siglos. La filosofía continúa siendo relevante y esencial en la sociedad moderna, y su importancia y relevancia son evidentes en muchos aspectos de la vida cotidiana, desde la política y la moral hasta la tecnología y la ciencia.

En la actualidad, la filosofía es una disciplina interdisciplinaria que se ha expandido para incluir muchas sub-disciplinas, como la filosofía política, la filosofía moral, la filosofía de la ciencia y la filosofía de la religión. Cada una de estas sub-disciplinas se centra en un aspecto específico de la filosofía y utiliza los mismos métodos críticos y rigurosos para analizar y responder a preguntas relevantes.

En conclusión, los fundamentos de la filosofía son su espíritu crítico, su enfoque sistemático y riguroso, y su capacidad para tratar temas abstractos e incluso metafísicos. Estas características hacen de la filosofía una disciplina valiosa y única que ha contribuido a la humanidad de muchas maneras diferentes. La filosofía continúa siendo relevante y esencial en la sociedad moderna, y su importancia y relevancia son evidentes en muchos aspectos de la vida cotidiana.

La exploración de la justicia, una de las cuestiones más fundamentales y persistentes en la filosofía, ha intrigado a pensadores desde la antigüedad hasta la modernidad. Esta indagación no solo refleja la búsqueda de un ideal social, sino también la comprensión profunda de la naturaleza humana y la ética. A lo largo de la historia, desde las reflexiones de Platón y Aristóteles hasta las teorías contemporáneas de Nussbaum y Rawls, la justicia ha sido analizada desde múltiples perspectivas, cada una aportando una visión única y esencial para comprender este concepto en su totalidad. Este texto busca explorar estas diversas interpretaciones, examinando cómo cada filósofo ha contribuido a nuestra comprensión de lo que significa vivir en una sociedad justa.

Por un lado, Platón sostenía que la justicia se alcanza a través de la armonía entre las partes de la sociedad y el equilibrio entre los aspectos del alma. Según Platón, la justicia se logra cuando cada individuo cumple con su función específica en la sociedad, y cuando las partes del alma, como el espíritu racional y los deseos apetitivos, están en equilibrio. Platón argumentaba que la justicia individual se refleja en la justicia social, y viceversa.

 Por otro lado, Aristóteles sostenía que la justicia se alcanza a través de la igualdad en la distribución de bienes y responsabilidades. Según Aristóteles, la justicia es una virtud práctica que se logra cuando se distribuyen equitativamente los bienes y responsabilidades en la sociedad. Aristóteles argumentaba que la justicia se logra cuando cada individuo recibe lo que le corresponde según sus méritos y necesidades.

 Ambas posturas tienen sus propias ventajas y desventajas y son valiosas para comprender y aplicar la justicia en la sociedad. Es importante considerar la perspectiva de Platón sobre la armonía entre las partes de la sociedad y el equilibrio entre los aspectos del alma, ya que permite una comprensión más profunda de la justicia en términos de la relación entre individuos y sociedad. Por otro lado, la perspectiva de Aristóteles sobre la igualdad en la distribución de bienes y responsabilidades es valiosa para entender la justicia en términos de la equidad y la responsabilidad individual.

 Además de Platón y Aristóteles, otros filósofos clásicos también han dejado su huella en la discusión sobre la justicia. Por ejemplo, Sócrates, también abordó el tema de la justicia en sus diálogos. Sócrates sostenía que la justicia se basa en la virtud y la sabiduría, y que la justicia individual se refleja en la justicia social. Sócrates argumentaba que las personas justas son aquellas que buscan la verdad y la virtud, y que la sociedad justa es aquella en la que las personas justas ocupan posiciones de liderazgo.

 Otro filósofo clásico importante en la discusión sobre la justicia es Epicuro. Epicuro sostenía que la justicia se basa en el respeto mutuo y el deseo de evitar el sufrimiento. Según Epicuro, las acciones justas son aquellas que evitan el sufrimiento y promueven la felicidad, tanto para uno mismo como para los demás.

Para Agustín, la justicia está intrínsecamente ligada a la voluntad divina y la ordenación de Dios. Veía la justicia como un acto de amor y caridad, y creía que una sociedad justa sería aquella alineada con los principios cristianos y la voluntad de Dios. Agustín de Hipona consideraba que la verdadera justicia solo se puede alcanzar a través de la gracia de Dios. Según él, en un mundo manchado por el pecado original, la justicia humana es siempre imperfecta. La ciudad terrenal, guiada por el amor propio, contrasta con la ciudad de Dios, regida por el amor a Dios y al prójimo. Agustín veía la justicia como algo más que la mera observancia de las leyes; era un estado del alma que reflejaba la rectitud y la conformidad con la voluntad divina.

Tomás de Aquino, influenciado por Aristóteles y la teología cristiana, veía la justicia como una virtud cardinal. La justicia, según él, implica dar a cada uno lo que le corresponde (“suum cuique tribuere”) y está profundamente conectada con la ley natural y la ley divina. Tomás de Aquino enfatizaba que la justicia es una de las cuatro virtudes cardinales, esencial para el funcionamiento adecuado de la sociedad. En su concepto de ley natural, argumentaba que hay principios universales de justicia que son inherentes a la razón humana y reflejan la ley divina. Para él, la justicia no solo abarca la distribución equitativa de bienes y derechos, sino también la promoción del bien común y la orientación moral de la comunidad.

Thomas Hobbes en su obra “Leviatán”, propone que la justicia surge del contrato social. En estado de naturaleza, no existe justicia ni injusticia, pero al formar una sociedad y un estado, las leyes creadas por este contrato definen lo que es justo. Para Hobbes, la justicia es un constructo artificial creado por el contrato social. En su estado de naturaleza, donde “el hombre es un lobo para el hombre”, la vida es “solitaria, pobre, desagradable, brutal y corta”. La justicia surge cuando los individuos acuerdan ceder parte de su libertad a un soberano o gobierno a cambio de protección y orden. Las leyes del soberano definen lo que es justo e injusto.

John Locke ve la justicia en términos de derechos naturales, especialmente en cuanto a la propiedad. Para él, la justicia implica la protección de estos derechos y la libertad individual, y el gobierno justo es aquel que preserva estos derechos. Locke consideraba la justicia como fundamentalmente vinculada a los derechos naturales de la vida, la libertad y la propiedad. Argumentaba que el estado de naturaleza es pacífico y razonable, pero los individuos forman gobiernos para resolver conflictos sobre la propiedad y proteger sus derechos. La justicia, en su visión, es tanto la preservación de estos derechos como la garantía de que los contratos y acuerdos sean respetados.

Immanuel Kant entiende la justicia como un principio moral absoluto, basado en su imperativo categórico. Para él, las acciones son justas si respetan la autonomía y dignidad de los individuos y pueden universalizarse como leyes morales. Kant veía la justicia como intrínsecamente ligada a la ética. Para él, los actos son justos si se hacen por deber y respetan la autonomía de los demás, no solo por miedo a la ley o por alguna inclinación personal. Su concepción de la justicia está anclada en el respeto universal y el trato de los individuos como fines en sí mismos, no como medios para otros fines.

John Stuart Mill, desde su perspectiva utilitarista, considera que las acciones son justas si promueven el mayor bienestar para el mayor número de personas. La justicia, para Mill, está ligada a la idea de la equidad y el equilibrio entre la libertad individual y el bienestar común. Mill argumentaba que las políticas y acciones son justas si promueven la felicidad o el placer y minimizan el dolor. Su enfoque de la justicia incluye una consideración de la equidad y la igualdad, especialmente en términos de libertades y derechos individuales. Mill también destacaba la importancia de la justicia social y la igualdad de género.

Hannah Arendt, centrada en la política y la condición humana, considera la justicia desde una perspectiva de acción y responsabilidad colectiva. Ve la justicia como un proceso inherente a la vida en una comunidad política, donde la participación y el discurso son fundamentales. Arendt veía la justicia en términos de la acción política y la responsabilidad colectiva. Argumentaba que la justicia es un proceso activo que ocurre en el espacio público, donde las personas interactúan como iguales. La justicia, para Arendt, está intrínsecamente vinculada a la capacidad de hablar y actuar juntos, y a la responsabilidad de cada individuo dentro de la comunidad.

Simone de Beauvoir, como filósofa existencialista, ve la justicia en términos de libertad y la ética de la ambigüedad. Sostiene que las personas deben ser libres para perseguir sus propios proyectos auténticos, y que la justicia implica reconocer y respetar esta libertad individual. De Beauvoir, desde una perspectiva existencialista, argumentaba que la justicia no solo está en las acciones, sino también en la autenticidad de la elección individual y la libertad. Criticaba las estructuras sociales que limitan la libertad y la autenticidad, especialmente en el contexto de la opresión de las mujeres. Para ella, la justicia implica reconocer y respetar la libertad y la subjetividad de los otros.

John Rawls, en su teoría de la justicia como equidad, propone dos principios de justicia: la igualdad en la asignación de derechos y deberes básicos, y la organización de desigualdades socioeconómicas de manera que sean ventajosas para los menos afortunados. Rawls desarrolló una teoría de la justicia como equidad, donde la justicia se logra a través de principios elegidos bajo un “velo de ignorancia”, donde nadie conoce su posición en la sociedad. Esto garantiza que los principios elegidos sean justos para todos. Sus dos principios de justicia se centran en la igualdad de derechos básicos y la organización de desigualdades para beneficio de los menos afortunados.

Martha Nussbaum, con su enfoque en las capacidades, argumenta que la justicia implica permitir a las personas desarrollar y ejercer sus capacidades fundamentales. La justicia, según ella, debe medirse por la capacidad de las personas para vivir una vida plena y digna. Nussbaum extiende el enfoque de la justicia más allá de la distribución de recursos o la observancia de derechos. Su enfoque en las “capacidades” se centra en lo que las personas son capaces de hacer y ser. Argumenta que la justicia implica crear las condiciones para que todos puedan desarrollar y ejercer una gama de capacidades fundamentales, desde la salud física hasta la participación política.

En definitiva, el vasto legado de los filósofos a lo largo de los siglos revela que la justicia es un concepto multifacético, profundamente arraigado en los principios éticos, políticos y sociales. Desde la armonía platónica y la equidad aristotélica hasta la equidad de Rawls y la ética existencialista de Simone de Beauvoir, cada teoría ofrece una ventana única a la comprensión de la justicia. Estas reflexiones nos desafían a considerar no solo cómo las sociedades deben estructurarse, sino también cómo los individuos deben actuar y relacionarse entre sí. La discusión sobre la justicia permanece tan relevante hoy como en la antigüedad, formando un pilar crucial en nuestro continuo esfuerzo por construir un mundo más justo y equitativo.

La filosofía clásica es un término que se refiere a las ideas y teorías desarrolladas por los filósofos de la antigua Grecia y Roma. Durante la época clásica, los pensadores de estas civilizaciones hicieron importantes aportaciones en áreas como la ética, la política, la lógica y la metafísica. Estas aportaciones han tenido un impacto duradero en la filosofía y en otras áreas del conocimiento.

Una de las principales aportaciones de la filosofía clásica es en el área de la ética. Los filósofos griegos, como Sócrates, Platón y Aristóteles, desarrollaron teorías sobre la virtud y la felicidad humana. Sócrates enfatizó la importancia de la sabiduría y el autoconocimiento, mientras que Platón argumentó que la virtud es necesaria para alcanzar la felicidad, aportando además la idea del Mundo de las Ideas, un concepto según el cual existen entidades absolutas e intangibles que forman la verdadera realidad, distinta de las cosas cambiantes del mundo sensorial. Aristóteles, por su parte, desarrolló una ética basada en la acción virtuosa y la razón. Estas teorías éticas han sido estudiadas y debatidas durante siglos y han influido en el pensamiento ético en la filosofía occidental.

Otra importante aportación de la filosofía clásica es en el área de la política. Platón y Aristóteles desarrollaron teorías sobre el estado ideal y la justicia. Platón argumentó que el estado ideal es una república gobernada por filósofos, mientras que Aristóteles argumentó que un estado justo es aquel en el que todos los ciudadanos tienen un papel activo en la toma de decisiones. Estas teorías han sido influyentes en la filosofía política occidental y han sido consideradas en la formación de sistemas políticos a lo largo de la historia.

La lógica también fue otra de las áreas en las que los filósofos clásicos hicieron importantes aportaciones. Aristóteles desarrolló un sistema lógico formal, conocido como la lógica aristotélica, que incluía categorías, proposiciones y silogismos. Esta lógica se convirtió en la base de la lógica occidental y ha sido utilizada en la filosofía, la matemática y la ciencia.

Finalmente, la metafísica es otra área en la que los filósofos clásicos hicieron importantes aportaciones. Platón y Aristóteles desarrollaron teorías sobre la naturaleza de la realidad y la existencia. Platón desarrolló una teoría de las Ideas o Formas. Aristóteles, por su parte, introdujo conceptos como el motor inmóvil, un acto puro fuera de la naturaleza que es causa de todo movimiento sin moverse, y la sustancia, que hace referencia al ser sobre el que operan los accidentes. Estas teorías han sido influyentes en la filosofía medieval y en la filosofía contemporánea.

En conclusión, la filosofía clásica ha dejado un legado duradero en la filosofía occidental y en otras áreas del conocimiento humano. Los filósofos clásicos hicieron importantes aportaciones en áreas como la ética, la política, la lógica y la metafísica, y sus teorías continúan siendo estudiadas y debatidas en la actualidad. Sin duda, la importancia de la filosofía clásica reside en intentar la aproximación al todo únicamente con la razón (logos).

Disciplina

Etimología[1]

Objeto de estudio

Problemas

Metafísica

del griego μετὰ [τὰ] φυσικά, «más allá de la naturaleza»

Primeros principios y últimas causas de todo lo existente

¿Cuál es el principio de todas las cosas?

¿Qué es el ser?

¿Qué es la existencia?

¿Por qué existe algo y no más bien la nada?

Ontología

del griego antiguo ὄν [on] —genitivo ὄντος— [ontos], ‘ente’; y λόγος [lógos] ‘ciencia, estudio, teoría’

El ser de los entes ¿Qué es lo que hace ser a X cosa?

¿Por qué X es así y no de otra forma?

Gnoseología del griego γνωσις, gnōsis, «conocimiento» o «facultad de conocer», y λόγος, logos, «razonamiento» o «discurso» La posibilidad y condiciones del conocimiento (sujeto, objeto, idea, operación cognitiva y lenguaje del conocimiento) ¿Qué es el conocimiento?

¿Qué puedo conocer?

¿Cuál es la fuente del conocimiento?

¿Qué es la verdad?

¿Qué es la falsedad?

Epistemología del griego ἐπιστήμη ─epistḗmē («conocimiento»)─ y λόγος ─lógos («estudio») El conocimiento científico y las condiciones de la posibilidad de la ciencia ¿Qué es la ciencia?

¿En qué consiste el conocimiento científico?

¿En qué se diferencia la ciencia de la pseudociencia?

¿Cómo se obtiene el conocimiento científico?

Ética del griego antiguo ēthikós (ἠθικός), “relativa al carácter de uno”, que a su vez proviene de la palabra raíz êthos (ἦθος) que significa “carácter” o “manera de ser” “la moral, la virtud, el deber, la felicidad y el buen vivir” (López Martínez & Martínez Albarrán, 2011) ¿Qué es lo bueno y lo malo?

¿Qué es el deber?

¿Qué es la libertad?

¿Cuál es el mejor modelo de vida para alcanzar la felicidad?

Estética del griego αἰσθητική [aisthetikê], ‘sensación’, ‘percepción’, y este de[aísthesis], ‘sensación’, ‘sensibilidad’, e -ικά [-icá], ‘relativo a’ La belleza, el arte, la sensibilidad y la experiencia ¿Qué es la belleza?

¿Qué es el arte?

¿Es el arte objetivo o subjetivo?

¿Qué papel desempeña el arte en la sociedad?

¿Cuál es la importancia del arte?

Axiología del griego άξιος ‘valioso’ y λόγος ‘tratado’ o ‘estudio’ Los valores y juicios de valor ¿Qué son los valores?

¿Cómo se clasifican los valores?

¿Cómo se da el acto valorativo?

Lógica del griego antiguo λογική logikḗ, que significa «dotada de razón, intelectual, dialéctica, argumentativa» y que a su vez viene de λόγος (lógos), «palabra, pensamiento, idea, argumento, razón o principio» Razonamiento correcto y válido, las formas del razonamiento, juicios e ideas ¿En qué consiste un razonamiento válido?

¿Cuáles son las reglas del proceso deductivo?

¿Qué reglas existen en el proceso inductivo?

Filosofía de la religión Del latín religio, con el prefijo re– (indica intensidad), ligare (amarrar, ligar) y el sufijo –ion (acción y efecto), “acción y efecto de ligar fuertemente” Relación de los seres humanos con las deidades y lo sagrado ¿Existe dios?

¿Por qué existe el mal?

¿Qué es lo sagrado?

¿Qué son los milagros?

Filosofía política del griego πολιτικός de πολίτης (polites, ‘ciudadano’) y πόλις (polis, lit. ‘ciudad’) Relaciones de dominación entre gobernantes y gobernados ¿Qué es el poder?

¿Cuál es la mejor forma de gobierno?

¿Qué es la democracia?

¿Cuáles son los derechos que deberían defenderse?

¿Cuáles son las obligaciones que deberían tener los gobernantes y gobernados?

Filosofía de la cultura

Del latín cultus (cultivado, labrado) y el sufijo –ura (resultado de la acción), “lo cultivado o trabajado)

La cultura y la relación de esta con los seres humanos

¿Qué es la cultura?

¿Existen rasgos comunes en las culturas humanas?

[1] Colaboradores de Wikipedia, s.f.

La filosofía es una disciplina amplia y compleja que abarca varios campos de estudio. A lo largo de la historia, se han desarrollado diferentes ramas de la filosofía que se han enfocado en temas específicos. Estas ramas incluyen la metafísica, la ética, la lógica, la epistemología, la estética y la filosofía política, entre otras.

 

La metafísica es una rama de la filosofía que se ocupa de preguntas fundamentales sobre la naturaleza del ser y la existencia. Esta rama se preocupa por temas como la ontología y la teología. La ontología se refiere al estudio de la existencia en sí misma. La teología, por otro lado, se refiere al estudio de Dios y otros seres divinos.

 

La ética es otra rama importante de la filosofía que se ocupa la moral. Esta rama se preocupa por temas como la moralidad, la justicia y la virtud. La ética se divide en dos ramas principales: la ética normativa, que se ocupa de establecer principios morales y éticos, y la ética descriptiva, que se ocupa de describir y analizar las creencias morales y éticas existentes en una sociedad.

 

La lógica es otra rama de la filosofía que se ocupa del estudio del razonamiento y la argumentación. Esta rama se preocupa por temas como la deducción, la inferencia y el razonamiento válido. La lógica se divide en dos ramas principales: la lógica formal, que se ocupa de establecer principios lógicos y formales, y la lógica informal, que se ocupa de describir y analizar el razonamiento en la vida cotidiana.

 

La epistemología es otra rama importante de la filosofía que se ocupa del estudio del conocimiento. Esta rama se preocupa por temas como la verdad, la justificación y la validez del conocimiento. La epistemología se divide en dos ramas principales: la epistemología tradicional, que se ocupa de establecer principios del conocimiento, y la epistemología de la ciencia, que se ocupa de describir y analizar el conocimiento científico.

 

La estética es otra rama importante de la filosofía que se ocupa del estudio de la belleza, el arte, la sensibilidad y la experiencia. Esta rama se preocupa por temas como la percepción estética, el juicio estético y la creatividad artística. La estética se divide en dos ramas principales: la estética general, que se ocupa de establecer principios de la belleza, el gusto y la experiencia estética, y la estética del arte, que se ocupa de describir y analizar el arte y los cambios en las tendencias artísticas.

 

La filosofía política es otra rama de la filosofía que se ocupa del estudio de los sistemas políticos y las relaciones sociales. Esta rama se preocupa por temas como la justicia, la libertad y la democracia. La filosofía política se divide en dos ramas principales: la filosofía política descriptiva, que se ocupa de establecer principios políticos y sistemas políticos, así como de sus conceptos, y la filosofía política prescriptiva, que se ocupa de describir y analizar los sistemas políticos en la vida cotidiana y los cambios en las tendencias políticas.

 

En resumen, las ramas de la filosofía son metafísica, ética, lógica, epistemología, estética y filosofía política. Cada una de estas ramas se ocupa de un tema específico y se divide en dos ramas principales: la tradicional y la contemporánea. Los filósofos han estudiado estos temas desde hace siglos y siguen haciéndolo en la actualidad, y su estudio es esencial para comprender mejor nuestra existencia y nuestra relación con el mundo que nos rodea.

 

Vea: etimoloíga y problemas de las ramas de la filosofía.

El saber filosófico es una disciplina que se ha desarrollado a lo largo de los siglos con el objetivo de comprender el mundo y la existencia humana. A menudo se considera como una de las disciplinas más antiguas de la humanidad, ya que sus raíces se remontan a la antigua Grecia y a pensadores como Platón y Aristóteles. Sin embargo, la filosofía ha evolucionado y se ha desarrollado a lo largo de los siglos, abarcando una amplia variedad de temas y enfoques.

 En su esencia, la filosofía es una disciplina que busca comprender el mundo y la existencia humana a través del razonamiento y la reflexión. A menudo se considera como una disciplina que se ocupa de preguntas fundamentales acerca de la naturaleza de la realidad, la moral, la mente y el conocimiento. Los filósofos han investigado estas cuestiones a lo largo de los siglos, desarrollando teorías y argumentos que han ayudado a construir nuestra comprensión del mundo.

 No existe un consenso para la definición de filosofía, pues esta ha cambiado a lo largo de la historia y los distintos filósofos la han conceptualizado de diversas formas.

Pitágoras (528-507 a.E.) empleó por primera vez el término para referirse a sí mismo como “amante de la sabiduría”.

La filosofía se divide en varias ramas, cada una de las cuales se ocupa de un conjunto específico de preguntas y problemas. Este tema es abordado más adelante en esta guía.

Uno de los aspectos más importantes del saber filosófico es su carácter crítico y cuestionador. Los filósofos suelen ser escépticos por naturaleza y tienden a cuestionar las creencias y las afirmaciones que se dan por sentado. Esta actitud crítica y cuestionadora es esencial para el desarrollo de un pensamiento riguroso y para la construcción de un conocimiento sólido.

Otro aspecto importante del saber filosófico es su carácter interdisciplinario. La filosofía es una disciplina que se relaciona con otras disciplinas como la ciencia, la historia, la literatura y las artes. Los filósofos a menudo se inspiran en los descubrimientos y las teorías de estas disciplinas para desarrollar sus propias ideas y teorías.

En la filosofía, y sobre todo para los presocráticos, los conceptos de ser y devenir son fundamentales para comprender la naturaleza de la realidad. El ser se refiere a lo que es permanente y constante, mientras que el devenir alude a lo que está en constante cambio o transformación. Estos conceptos han sido explorados por filósofos desde Heráclito, quien enfatizó el devenir, hasta Parménides, quien se centró en el ser.

La filosofía se caracteriza por su intento de descubrir los principios fundamentales que subyacen a la realidad y el conocimiento. Esta búsqueda va más allá de lo aparente para encontrar las bases sobre las que se construye el entendimiento humano del mundo. Asimismo, la filosofía busca estructurar el conocimiento de manera coherente y ordenada, desarrollando sistemas de pensamiento que intentan explicar aspectos amplios de la realidad. Para esta sistematicidad, se utiliza el razonamiento lógico, el cual es un pilar del saber filosófico; la filosofía se apoya en la argumentación y el análisis crítico para desarrollar y validar sus ideas. Finalmente, la filosofía se caracteriza por una actitud de cuestionamiento constante. Esta actitud crítica implica no solo dudar y cuestionar las creencias y afirmaciones, sino también maravillarse y contemplar profundamente la realidad.

Antes de la aparición de la filosofía, teníamos explicaciones sobre el universo animistas. El animismo, una creencia en la existencia de espíritus y fuerzas sobrenaturales en objetos naturales, es central en el saber mágico. Este enfoque ve el mundo como un lugar donde todo está interconectado a través de estas fuerzas y esos personajes.  El saber mágico a menudo atribuye fenómenos naturales o eventos a la acción de seres sobrehumanos o deidades. Estas explicaciones se basan en una comprensión del mundo que va más allá de lo empírico y lo racional.

Sin embargo, el saber filosófico no solamente es diferente al saber mágico, sino que también difiere del saber científico. A diferencia de la filosofía y el saber mágico, el conocimiento científico se basa en la observación y experimentación para validar hipótesis. La ciencia busca explicaciones verificables y repetibles para los fenómenos con base en el método científico, el cual es un proceso sistemático que incluye la formulación de hipótesis, la realización de experimentos y la observación para comprobar estas hipótesis, y la conclusión basada en los resultados. Asimismo, la ciencia utiliza varios tipos de comprobación, como experimentos controlados, estudios observacionales y análisis estadísticos, para validar sus teorías y modelos.

 En resumen, el saber filosófico es una disciplina antigua pero siempre relevante que busca comprender el mundo y la existencia humana a través del razonamiento y la reflexión. Se divide en varias ramas que se ocupan de preguntas y problemas específicos, y se caracteriza por su carácter crítico, cuestionador, y su carácter interdisciplinario.