Los heraldos blancos

Hay momentos en la vida, tan hermosos… ¡No sé!
Momentos que parecen venir del amor de Dios;
como si ante ellos toda la alegría
se concentrara en el alma… ¡No sé!

Son pocos, pero son… Abren brechas luminosas
en el rostro más apagado y en el espaldar más débil.
Tal vez sean los ángeles de alas doradas;
o los heraldos blancos que nos envía la Vida.

Son las subidas al cielo de los espíritus puros,
de alguna fe maravillosa que el Destino bendice.
Esos momentos hermosos son las vibraciones
de alguna canción que se nos canta en el corazón.

Y el hombre… Feliz… ¡feliz! Vuelve los ojos, como
cuando por encima del hombro alguien nos llama con amor;
vuelve los ojos brillantes, y todo lo que ha esperado
se concentra, como un rayo de luz, en la mirada.

Hay momentos en la vida, tan hermosos… ¡No sé!

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