Estructura de la moralidad

 

Con relación al ser humano, este es un ser biológico que ha creado sistemas artificiales para su desarrollo: la cultura, la política y la economía.

Cuando un animal valora algo, normalmente trata de conseguirlo, a veces arriesgando su vida. Pero es probable que otros animales se interpongan en su camino, ya sea porque ocupan el mismo nicho ecológico, por lo que tienen las mismas necesidades, o porque son depredadores. Siempre que este es el caso, hay lucha (competencia o depredación) o cooperación. Por ejemplo, los lobos machos compiten por las hembras pero cooperan en la caza, y no matan a sus congéneres.

Los vertebrados gregarios superiores (mamíferos y aves) de la misma especie compiten entre sí en algunos aspectos y cooperan en otros. Por lo general, lo hacen de forma automática, porque han heredado ciertas disposiciones o porque han aprendido esos patrones de comportamiento en una etapa temprana de la vida. En cualquier caso, el comportamiento social de tales animales está limitado por inhibiciones internas y estímulos externos, por ejemplo amenazas. En ausencia de tales limitaciones, el grupo social se desintegra. Por ejemplo, los lobos machos que luchan por las hembras nunca pelean hasta la muerte, sino que obedecen la regla tácita “Mejor derrotado que muerto”; y los babuinos y muchas otras especies cooperan en la defensa de sus grupos contra los depredadores. El ser humano es una excepción, porque en muchas sociedades ocasionalmente puede participar en una competencia asesina y romper algunas de las reglas. Pero tal comportamiento antisocial no es la norma y además se aprende, por lo que puede desaprenderse. Teniendo el más plástico de todos los cerebros (por lo tanto, comportamientos también), el hombre es redimible.

Las limitaciones al comportamiento social humano se convierten en reglas o normas más o menos explícitas. Estas normas se aprenden, a menudo por las malas, en el curso del desarrollo individual. Esto es en parte un proceso de inculturación, es decir, de aprender (o internalizar) los patrones de comportamiento socialmente aceptables. Al ser hechas por el hombre, no leyes naturales, tales reglas o normas pueden alterarse o incluso romperse, como es el caso de los criminales y héroes. Todas las normas del comportamiento social humano se mantienen, reforman o derogan con la creencia de que contribuyen al bienestar de algunos o de todos los miembros de la sociedad: son medios para ayudar a satisfacer las necesidades y deseos de los miembros de la sociedad. Si realmente ayudan es un asunto que solo puede resolverse mediante un estudio empírico de las consecuencias de las acciones gobernadas por tales reglas. (Bunge, 1989. Traducción propia)

La moralidad es la cualidad que tienen las acciones para ser calificadas según los preceptos de un grupo social como morales o inmorales.

La estructura que tiene la moralidad es la siguiente:

  • Acciones
  • Necesidad
  • Sociedad
  • Vida humana deseable

Las acciones son definidas como la introducción de cambios por parte de un agente en un estado de cosas.

Las necesidades son carencias o un déficit de cierto objeto (material, simbólico o semántico) con respecto a uno o varios individuos.

Una sociedad humana es un conjunto de seres humanos que se mantienen unidos por vínculos artificiales (culturales, políticos o económicos).

Por último, la vida humana deseable es una idea general a partir de la cual los seres humanos califican su existencia como satisfactoria o con bienestar, o bien como insatisfactoria o con pesadumbre.

Bibliografía

Bunge, M. A. (1989). Treatise on basic philosophy. Ethics: the good and the right. (Vol. VIII). Dordrecht, Holanda: Kluwer Academic Publishers.

 

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